La ablación personalizada se realiza con base en dos técnicas de estudio: la topografía convencional y la aberrometría. Con la topografía, trabajamos desde el año 1980. Podemos tratar un problema de descentrado de una ablación previa a un astigmatismo irregular. Es decir, en base a la topografía se puede efectuar una ablación personalizada. No obstante, en la actualidad disponemos de ‘aberrómetros’, que son equipos que están especialmente preparados para medir todas las aberraciones del ojo.
Comparativamente, con los topógrafos se medía sólo la córnea. Ahora, con los aberrómetros, existe la posibilidad de medir todos los medios transparentes del ojo: la córnea, el cristalino y el vítreo. Hasta el momento se podían tratar las aberraciones de ‘bajo orden’, es decir, la miopía, hipermetropía (comúnmente llamada ‘defocus’) y astigmatismo. Las otras aberraciones, las de ‘alto orden’, no podían ser tratadas. Estas últimas, comprenden: el coma, las aberraciones esféricas, el trefoil, cuadrafoil y las aberraciones esféricas secundarias, todas ellas de tercer y cuarto orden. A partir del quinto orden son conocidas como ‘aberraciones irregulares.
De acuerdo con el advenimiento de los aberrómetros, ya es posible tratar las aberraciones de «alto orden». En ese sentido, destacó que «ingresamos en la era de las ablaciones personalizadas basadas en las características de cada paciente». Asimismo, consideró como muy importante el avance tecnológico, ya que «las aberraciones de alto orden representaban un 15 por ciento del total del defecto óptico.
Sobre la ablación personalizada, en la actualidad, se puede efectuar llevando a cabo el LASIK o también mediante Fotoqueratectomía refractiva (PRK). En este último caso, actuando sobre la superficie de la córnea sin levantar un flap. «Creo que necesitamos más tiempo de seguimiento para saber cuáles son las técnicas que usaremos más adelante», indicó. No obstante, aclaró: «vamos a tratar de utilizar la técnica ideal para cada caso en particular», recordando que, hoy en día, ya se habla del concepto ‘finger print ablation’. «Como la huella digital de una persona es única e irrepetible, las ablaciones de la córnea serán distintas según las necesidades del paciente.
Antecedentes
Los aberrómetros, para su uso en Oftalmología, son aparatos de última generación. No obstante, la primera idea sobre el dispositivo está vinculada con la Astronomía. El objetivo era eliminar las aberraciones atmosféricas para poder observar mejor a las estrellas. «En 1953, Babcok, director de los reconocidos observatorios norteamericanos de Palomar y Mount Wilson, elaboró con su equipo una estrategia para superar este problema, mediante la utilización de lentes especiales que fueron desarrollados posteriormente por la NASA», comentó a HEALTHIG News el Dr. Marotta.
Entre 1994 y 1995, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos declasificó la información sobre las ópticas adaptativas, aquellas utilizadas por los telescopios y también por los satélites. Automáticamente, se iniciaron estudios en Heidelberg y Rochester con micro fotografías del ojo humano, utilizando espejos especiales de cristal líquido (membranas microelectromecánicas deformables alineadas).
¿Cómo funciona un aberrómetro?
«Se envía una onda plana al ojo y retorna un frente de onda (wavefront) deformado. Los espejos se encargan de corregir las deformaciones para transformarlas, nuevamente en una onda plana».
La computadora del aberrómetro analiza cada una de las deformaciones a través del paso del haz por la pupila. «El dispositivo no sólo mide las aberraciones sino que también nos indica las medidas precisas del tallado de la córnea para anularlas». Y continuó su explicación: «sacamos el zip del aberrómetro, lo introducimos en el zip del láser excímer y ese sólo paso nos permite corregir con perfección los errores refractivos».
La importancia en la conjunción tecnológica entre el aberrómetro y el láser excímer. «Para poder transmitir la información de un dispositivo a otro, necesitamos determinado tipo de láser excímer, es decir, uno con puntos volantes cuya onda energética tenga un perfil gausiano, de última generación y con determinadas características, como por ejemplo el «eye tracker» (sistema de seguimiento del ojo)».
La selección de pacientes y las complicaciones
La técnica LASIK no puede llevarse a cabo con algunos pacientes. Entre ellos, los que no poseen una buena topografía, ni buen espesor corneal y aquellas personas con queratoconos, colagenopatías, con córneas delgadas por otros motivos, etc. «Hay pacientes -señaló- en los cuales la cirugía está contraindicada, como aquellos que padecen retinopatía diabética».
Con respecto a la serie de últimos estudios internacionales sobre las potenciales complicaciones post-quirúrgicas del LASIK, el reconocido oftalmólogo se refirió a las alteraciones en la visión nocturna. «Nosotros le estamos haciendo a los pacientes, como estudio de rutina, la pupilometría, que es la medición del diámetro en condiciones mesópicas y escotópicas, es decir en condiciones de oscuridad. Si las pupilas tienen más de 6.5 mm a todos les hacemos ablación personalizada, tratando zonas ópticas más amplias. Y de esa manera, disminuyen dramáticamente todos los inconvenientes de visión nocturna».