¿Qué es la uveitis?
La uveítis es una inflamación intraocular de una de las capas del ojo: la úvea. Afecta específicamente a una o más partes de ésta: el iris (parte pigmentada del ojo), el cuerpo ciliar (detrás del iris, responsable de formar el líquido que mantiene la presión del ojo) y la coroides (capa vascular que se encuentra debajo de la retina). La uveítis es la tercera causa de ceguera en países desarrollados, pero suele diagnosticarse con poca frecuencia debido a que no se considera adecuadamente entre la población general y los propios oftalmólogos.
Existen más de 60 causas distintas que pueden producir uveítis, y es necesario un trabajo de investigación largo, tedioso y costoso para poder descubrir cuál es la causa que produce la uveítis en un determinado paciente. Además, el tratamiento de las uveítis requiere el uso de medicación sistémica potente (anti-inflamatorios, esteroides, inmunomoduladores y antineoplásicos, quimioterapia, etc.) de difícil manejo, sobre todo para médicos no habituados a las mismas.
Las causas que producen uveítis se resumen en tres grupos:
- Infecciones
- Autoinmunes
- Neoplásicas
Por ello es muy importante llegar a conocer la causa que produce la inflamación para poder tratarla
Los síntomas comunes de la uveítis son: ojo rojo, dolor ocular intenso y miosis pupilar (pupila de pequeño tamaño), aunque muchas uveítis no se manifiestan de esta forma, incluso algunas de ellas puede que no den síntomas hasta que el proceso esté muy avanzado.
También pueden afectar a la retina, al cristalino y a la tensión ocular. Las uveítis tienden a ser recurrentes (vuelven a aparecer), por lo que debemos considerarlas un proceso crónico con intervalos sin síntomas.
Como la base de la mayoría de las uveitis es la autoinmunidad, se utilizan medicamentos moduladores de esta inmunidad, empezando con los corticoides (en gotas o sistémicos), antiinflamatorios no esteroideos, inmunomoduladores y en algunos casos fármacos utilizados comúnmente como quimioterapia. Se busca que no exista nada de inflamación, con el fin de que no se produzca ningún daño para el ojo a largo plazo.